Un folleto que vale más que sus premios
Hola amigos del blog, fanáticos del trepa muros, coleccionistas empedernidos o tan solo curiosos que navegan sin rumbo por la web. Hoy traigo material de mi colección que quizás no es tan grandilocuente o vistoso pero que si es raro e inhallable. La combinación perfecta para ponerlo en el podio de las rarezas de Ultrafigus.
Se trata del volante que se distribuía en kioscos y almacenes para notificar a comerciantes y chicos de la promoción que tenía entre mando Ultrafigus por aquel año de 1991.
La promoción era simple y atractiva ya que tenía variados premios (100 en total) y de considerable importancia como lo eran los 5 primeros que constaban de motos marca Honda, pero no solo en los primeros lugares había buenas recompensas, sino que también había bicicletas, mini componentes, grabadores, computadoras, pelotas, muñecas, walkmans, etc.
A esto le sumamos que para participar solo tenías que juntar 5 sobres vacíos de cualquiera de las 3 colecciones que habían editado ese año: Hombre Araña (Re edición de la del 84), Capitán América y los Superhéroes (Re edición de Superhéroes Terrabusi de 1980), y Snoopy (Re edición de 1984).
Y por último, es que no solo ganaba el que enviaba los sobres sino también podían ganar el kiosquero, el distribuidor del kiosquero y la escuela. Esto era para el ganador del primer premio.
La cantidad de premios totales eran 100, en la imagen de más abajo podrán leer los detalles de cada uno y como se dividían. Otro punto interesante es que si no tenías la posibilidad de comprar o juntar los 5 sobres podías dibujarlos y enviarlos al concurso. Es decir que era bastante popular y abierto a todos los que quisieran participar.
Para finalizar esta reseña me parece interesante resaltar y observar que más allá del sorteo y los premios en si, lo que la empresa Ultrafigus estaba haciendo era una campaña de marketing para que los chicos se enganchen y sigan comprando figuritas. Un dato no menor es que a principios de los 90 comenzaron a llegar a nuestro país (y se expandió rápidamente) el entretenimiento de los videojuegos hogareños de 8 bits como el Family Game o el Nintendo. Eran accesibles económicamente y en varias casas los chicos comenzaban a tenerlo, había locales que te alquilaban los cartuchos y no era necesario comprarlos.
Esto fue en detrimento de las figuritas, que fueron quedando de lado y perdiendo protagonismo. Era más atractivo jugar videojuegos de tus personajes favoritos antes que coleccionar sus figuritas, era una opción más moderna e interactiva. Ante esta situación los empresarios de figuritas metieron mano a este tipo de estrategias de mercadeo para tratar de no perder terreno y ventas.
Si bien Ultrafigus siguió editando colecciones hasta principios del 2000, ya en conjunto con la empresa peruana Navarrete, nunca más realizó una campaña tan grande de premios. En fin, una interesante promoción con muchos e importantes premios con una estrategia que apuntaba vender más sobres de figuritas y en el que ganaban varios participantes del circuito comercial de figuritas.
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