miércoles, 22 de junio de 2016

Semiología de la viñeta.

Viejo, feo y con problemas de dentadura


Mirando una vieja revista me encontré con esta imagen. La de un villano muy conocido por nuestro héroe y con el que se ha enfrentado varias veces. Pero por alguna razón ajena a la trama y a la acción que mostraban los cuadritos miré su rostro y encontré algo a tener en cuenta.


Lo primero que vi en esa viñeta fue el rostro de alguien feo, sus rasgos exacerbados no entraban en la caricatura pero si en ese límite impreciso que lo ridiculiza. Una nariz ganchuda y grande, ojos desorbitados, cejas tupidas, piel arrugada, pelado y una dentadura desastrosa.

Lo segundo que vi es esa boca de dientes desparejos y largos, de la que faltan algunas piezas y en algunos casos babosa. 


Luego miré los globos de diálogo y ahí note el tono en que la mayoría de ellos se desarrollaba. Son diálogos en los que en vez de imponer respeto o miedo (ya que es el villano de la historia) se lo nota dubitativo, confundido, patético.

Entonces me replanteé lo que estaba viendo y leyendo. ¿Qué clase de amenaza  supone para nuestro héroe este villano que en realidad es un pobre viejo?, este tipo que de entrada ya está vencido por sus propias limitaciones. Yo creo que ninguna


Lo que las viñetas muestran es una síntesis del personaje en su condición física y etaria. Desde lo estético tenemos a alguien que representa lo viejo y feo. Desde los diálogos vislumbramos el perfil psicológico, alguien atontado y sin convicción. Desde lo narrativo vemos un personaje en desventaja más allá de los planes y fines que tiene ya que el Hombre Araña lo golpea y se burla de él no solo en lo físico sino también en los diálogos.

 

No es difícil repensar la historia como binomio entre juventud y vejez. La primera encarnada por Peter Parker y la segunda por el Buitre. Ese binomio que no solo se aplica a un modo de ver el mundo (lo viejo vs lo nuevo) sino a un modo de ser/estar en el mundo (ser joven vs ser viejo). Aquí no solo gana nuestro héroe en la trama sino que gana una forma ideológica de cómo manejar el mundo. Como diría Morrison, los viejos se hacen viejos y los jóvenes, más fuertes.

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