Cuando
tenía 9 o 10 años vi estos libros en una librería del centro, digo estos porque
son dos, y quedé fascinado. Le dije a mi vieja si me los podía comprar, ella lo
pensó un poco, me dijo que iba a averiguar el precio y si no eran muy caros me
los compraba. Los libros definitivamente no eran caros pero no me los iba a
comprar ese día, había que esperar un tiempo. Cuando llego el día, un lunes,
los esperé con ansia.
Recuerdo
que estaba en casa y esperaba que mi vieja llegara del centro, las horas no
pasaban más, cuando llega -andaba en una zanellita roja- la voy a recibir muy
contento para tener en mis manos los dichosos libros y me dice que no los había
comprado porque estaba cerrado. Me dijo que estaba cerrado por luto. Fue la
primera vez que escuché esa palabra, ese día me enteré que cuando alguien
cercano moría un local o comercio podía cerrar por luto.